huele
a
pintura
y
a madera
envejecida
los
vecinos desconocidos
aún
muy desconocidos siempre
no
pasan
por
esta puerta
el
callejón
se
extiende
presuroso
a
mis pasos
horas
siempre
iguales
a
la pared
de
ladrillos
que
deseo lamer
para
convertirme
en
flor
de
sombra
bulto
de
cal
olvidado
en
el callejón
donde
está
mi
guarida
de
azulejos
grises
No
hay piedad
No
hay pizca de ti por estos rumbos
mi
día interminable
envejece
la pared
de ladrillos
y
recibo
lluvia.
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